Aunque todo el mundo sabe qué beber en Mendoza, no todos saben qué comer! Aquà le contamos cuáles son las delicias regionales con las que puede acompañar los excelentes vinos mendocinos.
La gastronomĂa mendocina es muy variada pero ya sea de raĂz criolla o con el sello italiano y español de sus inmigrantes, lo que la caracteriza es la excelente calidad de la materia prima con la que es elaborada.
Los productos mendocinos como la vid, el olivo y los frutales se suman a las carnes de chivo, cordero y vaca y los salmĂłnidos de cultivo para aportar una identidad gastronĂłmica inconfundible.
Lo que no puede dejar de probar:
Un chivito mendocino al asador acompañado por un malbec, si es de alguna bodega familiar o artesanal, mejor. Como guarnición, si lo consigue, pida un sabroso tomaticán, un preparado de tomates de chacra, cebollita de verdeo y huevo.
Antes del asado, una picada con las infaltables aceitunas mendocinas en sus variadas opciones: enteras, descarozadas, condimentadas, rellenas con morrones, almendras o queso roquefort, o las más raras pero exquisitas aceitunas “sajadas”.
Las empanadas mendocinas, con relleno de carne pero, a diferencia de sus hermanas de las otras provincias, sin pasas de uva y con aceitunas.
A la tarde, para acompañar el mate o el cafĂ©, unas tortitas mendocinas. Hay tres versiones: raspadas, pinchadas y de hoja. ¡Más tĂpicas, imposible!
Y para finalizar, alguna de las exquisitas conservas, confituras o preparados hechos con las deliciosas frutas mediterráneas que se cultivan en las fincas: uvas, duraznos, peras, manzanas, melones, alcayotas.
La mayor concentraciĂłn de restaurantes y lugares para comer está en las avenidas ArĂstides Villanueva, ColĂłn, San MartĂn y la zona de Chacras de Coria.
Y recuerde, en Mendoza siempre hay un vino para cada plato. Es la “capital del maridaje” por excelencia. ¡Por algo es la “tierra del sol y del buen vino”!