
La respiración de la gente se contuvo por un segundo que pareció durar siglos, las pupilas se convirtieron en soles de invierno y se liberó, luego, el aire junto con la sonoridad tácita de unos cuantos estremecimientos. Aquel tren acababa de surcar la pared y avanzaba a toda velocidad hacia el público. Cuando el espasmo… Leer más