Murallas de más de 50 metros de alto, hielo milenario de azul profundo, majestuosos icebergs, largos atardeceres patagónicos que pintan el cielo en tonos rojizos, y noches tan oscuras que permiten que la vía láctea se refleje en la superficie del lago. Una embarcación nueva, el Crucero Santa Cruz, permite a 44 pasajeros el privilegio de hacer de su estadía en El Calafate algo distinto: compartir la búsqueda del “Espíritu de los Glaciares”.