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Patagonia hoy

Paisajes Patagónicos

Una exposición fotográfica del Fin del Mundo

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Don José y su majada. Clic para ver en grande.
Atardecer en Meseta de Somuncura. Clic para ver en grande.
Momentos. Clic para ver en grande.
Camino a Cona. Clic para ver en grande.

Una mirada precisa, única, sorprendente.
Los fotógrafos Alberto Cortés y Eduardo Frías, ambos de la ciudad de Viedma, Provincia de Río Negro, inauguran esta exposición como el primer escalón de un proyecto multimedia dedicado a una tierra plena de leyendas y poco menos que vacía de habitantes…

«Con esta exposición asumimos el riesgo de mostrar esta primera aproximación, estos primeros apuntes o bocetos, reunidos bajo la sigla PP (®) . Sucede que estamos ansiosos por confirmar si somos capaces de transmitir todo aquello que queríamos decir acerca de esta Patagonia a la que queremos tanto. No nos hemos aproximado a la Patagonia de las postales turísticas que conforma menos del 5% de su superficie. Abordamos la Patagonia en sentido estricto.» nos cuentan Alberto y Eduardo.

El «finis terrae», la tierra asombrosa de los relatos de viaje de Charles Darwin, de Alcides D’Orbigny y otros ilustres visitantes en largos periplos financiados por las naciones europeas, el siglo pasado. Lo que mantiene vivo el mito: «El confín del mundo», «la tierra maldita» de Darwin. Es esa tierra predominantemente chata, infinitamente gris, despoblada, asombrosa y desconocida. La que fundó el imaginario hoy vigente en Europa y la que tanto fascina como hipotético destino exótico, a los intelectuales y hoy, a todos los jóvenes de los paises centrales.

«Creemos que en ese entonces, era casi lo mismo venir de Buenos Aires que venir de Europa. Y hoy, todavía, conserva algo de parecido. Quisimos abordar una tierra de aquellas en la que sólo pueden quedar aborígenes (late aquí la hipocresía de «reserva natural»), porque sólo pueden quedar allí, con el derrumbe del precio de la lana a una quinta parte del precio de hace pocos años, quienes están dispuestos a vivir en ese lugar, pese a todo.»

La muestra, pretende abordar en esta etapa, casi solamente la tierra, la tierra infinita, como la vieron aquellos viajeros. Los fotógrafos pusieron un acento especial en una formación muy extraña, llamada Meseta de Somuncura, enorme planicie desértica (30.000 km2 repartidos entre el sur de la Provincia de Río Negro y el Norte de la Provincia de Chubut). La meseta («mesada» o «planiza» en el lenguaje de sus escasísimos pobladores) es, paradojalmente, la mítica proveedora de agua de los espacios de consumación mesetaria (el borde, o espacio de fusión entre meseta y no meseta). Una formación de origen volcánico, infinitamente plana en la que se advierten claros afloramientos basálticos y en la que sus depresiones conservan el agua de la nieve y la escasa lluvia.

«Cuando miramos fotográficamente este paisaje solemos decir que está compuesto de grises amarronados, verdes agrisados y marrones verdosos. Los pocos relieves de estas escenas de tanta chatura, con quebradas abruptas y ondulaciones imperceptibles, pronto advertimos que los efectos de la luz sólo pueden captarse, muy fugazmente, en muy pocas horas del día. Ello determinó la necesidad de realizar largos viajes de enorme cantidad de tiempo muerto (paradójicamente vivo y aleccionador) en una soledad increible y encontrando cobijo sólo en alguna «escuela-hogar», muy lejos de todo y muy cerca de la gente. Una experiencia verdaderamente fascinante y humanamente muy aleccionadora.»

En cuanto al tratamiento de la imagen han buscado permanentemente mostrar las descomunales desproporciones de este escenario; para ello acudieron a un montaje no ortodoxo y se atrevieron a mezclar monocromo en copias normales, en «warm tone», algunas copias viradas al sepia, otras parcialmente viradas en otros materiales («nevado» o «inversión de luces (®)» proceso del autor, de Eduardo Frías) y hasta algún toque de color con pretensiones algo exóticas.

En esta Patagonia es la propia realidad la que aporta elementos surrealistas y es por ello que se pueden encontrar objetos propios de cualquier periferia urbana separados por 200 km del primer lugar poblado por unas pocas almas. El montaje, es decir la ubicacion de la imagen dentro del marco (como segundo recorte) también buscó insinuar esas mismas desproporciones.

«Este es un trabajo a largo plazo que pretende seguir creciendo y que que no abandonaremos por muchos años más ……»

PP ® (Alberto Cortés/Eduardo Frías)